No ha sido fácil realizar el dibujo ya que las dotes artísticas no son mi fuerte pero creo que ha quedado plasmado lo que pienso sobre el proceso de evaluación y he quedado satisfecha por este trabajo. El artículo de educarcontic sobre Visual Thinking me ha ayudado a desarrollar y organizar mis ideas a la hora de dibujar. Otras ideas las he sacado del hashtag #dibujamelas.
Llevar acabo esta actividad ha cambiado algunos aspectos a los que me limito muchas veces cuando evalúo que es el hecho de calificar, es decir, poner un nota a cada alumno. Tras aclarar y ordenar mis ideas, han surgido tres cuestiones importantes sobre la evaluación:
- ¿Qué evaluamos?
- ¿Cuándo evaluamos?
- ¿Cómo evaluamos?
Al qué evaluamos podemos responder diciendo que no solo evaluamos los conocimientos sino que también hay que tener en cuenta los procesos, las emociones y las actitudes de cada alumno.
El qué evaluamos queda reflejado con un ejemplo en mi dibujo. Nuestros protagonistas en la evaluación (profesor y alumno) van a realizar un viaje a la Luna. Inicialmente el alumno pregunta ¿dónde vamos?, es decir, en la evaluación inicial debemos preguntarnos ¿qué sabemos? Necesitamos conocer las ideas previas de los alumnos para comenzar el proceso de enseñanza/aprendizaje desde su nivel cognitivo.
Durante el viaje tiene lugar la evaluación formativa. Es un proceso en el que se van a emplear diferentes herramientas como la observación directa, las dianas, las rúbricas...
Y por fin llegamos a la Luna donde situamos la evaluación sumativa en la que obtenemos unos resultados frutos del ¿cómo evaluamos?, es decir, de la autoevaluación, de la coevaluación o evaluación entre pares y de la heteroevaluación. Estos aspectos generan un feedback que corrige errores y propone mejoras proporcionándonos nuevas oportunidades para mejoras futuras con ayuda de los feedforward.
Pero esta evaluación no solo es del alumnado. Tal y como se indica en el artículo "¿Qué evaluamos cuando evaluamos? El desafío de evaluar en las clase diseño industrial" de Nicole Isso, es necesario evaluar el contenido, al docente y a la institución en este proceso. Es decir, el docente debe reflexionar respecto a la calidad de la propia evaluación efectuada y sólo así podrá perfeccionar su práctica y garantizar el aprendizaje de los alumnos.
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